Los tubos instalados en canalizaciones empotradas en hormigón deben tener una resistencia a la compresión de 750 Newton.
“La seguridad es lo primero” es la máxima del buen instalador eléctrico.
Y no hay mayor garantía para la seguridad, para el empleo de materiales
que no pondrán en riesgo ni la construcción de una vivienda ni la salud
de sus habitantes, que el estricto cumplimiento de las normativas
, reglamentos y guías vigentes. No es una cuestión de evitar problemas,
sino de ofrecer protección y confianza al consumidor.
Como
fabricantes y comercializadores de tubo, a GAESTOPAS nos preocupa
en especial el buen uso de las canalizaciones para el cable en el
interior de edificaciones y viviendas, porque son sistemas críticos en
la protección de la instalación eléctrica y su
primera defensa ante cualquier eventualidad.
Con frecuencia, se
recurre a los tubos flexibles de PVC forrados, porque en
apariencia y al tacto son notablemente más robustos que los tubos
corrugados ordinarios. Y con frecuencia, las apariencias pueden engañar:
debemos recurrir al Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT)
para conocer qué tubo es el apropiado para cada uso en el interior de
las edificaciones.
Los tubos instalados en canalizaciones
empotradas ordinarias embebidas en hormigón y para canalizaciones
precableadas deben tener, al menos, una resistencia a la compresión
de 750 Newton, una resistencia al impacto de 2 Julios y una
temperatura de trabajo de -5 ºC a +90 ºC. Por el contrario, los tubos
forrados habituales se sitúan, por su código de clasificación, en una
resistencia al impacto de 320 Newton.
En las instalaciones
embebidas en hormigón se requiere material con unas prestaciones
técnicas más elevadas, porque los tubos pueden estar
sometidos a agresiones mecánicas mayores. Los tubos pueden
instalarse durante el trabajo de encofrado, en el que se alcanzan
temperaturas elevadas que deben poder resistir.
GAESTOPAS
dispone del material idóneo para embeberlo en hormigón, el tubo
EMPOFLEX (con o sin guía), corrugado y flexible, empotrable y fabricado en
polipropileno libre de halógenos. Alcanza los 750 Newton de resistencia
a la compresión y garantiza una firmeza superior gracias a sus 6 Julios
de resistencia al impacto. Ofrece, además, una seguridad añadida nada
desdeñable: gracias a que es un material libre de halógenos
, disminuye el riesgo de intoxicación por inhalación.
El
PVC, aunque no propague la llama, tiene como componente el cloro, un
halógeno que en caso de incendio puede ser el origen de gases nocivos.